Quién sabe si de la pandemia saldremos mejores o peores, lo único cierto es que saldremos más conectados a la red. Nadie diría que eso era posible, pero sí que lo era. El confinamiento normalizó en la sociedad española la realidad del teletrabajo y disparó el consumo de internet. También supondría el lanzamiento de nuevas redes sociales. Vivimos un aluvión de nuevos canales: si semanas atrás hablábamos de Twitch, TikTok o la apuesta de LinkedIn y Twitter por el fenómeno de las ‘historias’, ahora invitamos a descubrir otra nueva moda que llega pegando fuerte: Clubhouse.
Del intento fallido de una herramientas de podcasts, nació esta nueva red social. Los creadores son Paul Davison y Rohan Set; y su propuesta son salas virtuales donde poder reunirse a conversar. En este caso, de forma literal, escuchándonos unos a otros. Obviamente, hay salas para todos los gustos, temáticas y aficiones: tecnología, política, economía… Eso sí, por ahora sólo está disponible para usuarios de iOS y en esta fase inicial requiere de una invitación de otro usuario ya registrado para poder acceder a la comunidad.
Esta herramienta vio la luz en marzo de 2020, durante el confinamiento que vivimos en España, pero empezó a viralizarse meses más tarde gracias al magnate Elon Musk, que participó en una de las conversaciones y lo anunció a través de Twitter. Miles de tuiteros curiosos corrieron la voz y el nuevo canal experimentó un crecimiento exponencial de usuarios, hasta superar el millón de descargas a final de año.
La similitud más destacada con otras redes sociales es la opción de ‘seguir’ (following) y el concepto de ‘seguidores’ (followers). El resto casi todo es original. En el registro, el usuario puede seleccionar sus temas de interés y, a partir de ahí, empezar a navegar por las salas que guste. Una vez dentro, el usuario puede crear salas, de la cual será el moderador, e invitar a otras personas a unirse. Es una buena herramienta para ofrecer en directo una entrevista con algún personaje público o de interés. Las salas admiten hasta 5000 personas, pero para poder participar activamente hay que solicitar permiso al moderador.
Esta aplicación cuenta con funciones que la hacen completamente diferente a cualquiera que se haya lanzado anteriormente. No permite compartir ni imágenes, ni vídeos, ni mensajes… solo audios. En la biografía (‘bio’) sí cabe poner una foto de perfil y una pequeña descripción. Otro dato a destacar es que las conversaciones no se guardan en el teléfono, pura inmediatez. Quizá el misterio la hace incluso más atractiva para aquellos que aún no la han probado.
Aunque los nuevos registros requieren de invitación, Clubhouse ha abierto una lista de espera en el que se puede realizar un pre registro del nombre de usuario. El concepto funciona hasta el punto de que tanto Facebook y Twitter parece que trabajan para implementar funcionalidades similares en sus plataformas. El tiempo dirá si todos terminamos en tertulias virtuales delante del teléfono. Por lo pronto en Cuatrocento ya tenemos a tres clubhousers, os iremos contando nuestra experiencia.