¿Hasta qué punto somos consientes del peso que tiene el miedo en nuestras decisiones? Por un lado, el mercado está lleno de productos donde el temor o rechazo a algo es el principal motor de su consumo, productos para prevenir el colesterol, productos light con menos grasas, lácteos con extra de calcio para evitar problemas de huesos, etc. Pero por el otro lado, el miedo también puede conseguir el efecto contrario, que disminuya. Solo hay que ver lo que ocurre cuando surge algún estudio o articulo (con mayor o menor rigurosidad) sobre lo perjudicial que puede ser algún producto o ingrediente del mismo.
¿Quién no ha vivido alguna vez una mala experiencia con algún producto o servicio? ¿Verdad que la sensación de haberla vivido influye notoriamente en la decisión de repetir? Esto es debido a que miedo y memoria, son dos elementos que están muy relacionados.
Un ejemplo de esto es la cantidad de azúcar que incluyen muchos de los alimentos procesados. Este tema se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los nutricionistas, que se ha acentuado por las publicaciones realizadas por SinAzucar.org. El fotógrafo Antonio R. Estrada (ARE) pretende visualizar el azúcar libre que hay en muchos de los alimentos que consumimos habitualmente, sus imágenes muestran el producto junto con los terrones de azúcar que contiene. Esta teniendo una gran repercusión y está causando diferentes reacciones por parte de las marcas expuestas en su web.
Sin duda, el miedo es un factor determinante en nuestros hábitos de consumo y aquí es donde entran en juego en primer lugar, la neurociencia analizando las reacciones del cerebro ante estímulos externos y en segundo lugar, el marketing. ¡Nace el Neuromarketing!
La neurociencia ayuda a comprender como se activan algunos mecanismos del miedo que modifican nuestras pautas de consumo, es sabido que la gran mayoría de las decisiones de compra se toman de forma emocional, no racional. Relacionando esto con el mundo empresarial y de las marcas, las experiencias negativas determinan en gran medida los resultados futuros, ya que cuando el cliente vuelva a interactuar con la marca, la relacionará con lo que ocurrió en el pasado. Según un estudio de Millward Brown, las probabilidades de éxito aumentan cuando lo racional y lo emocional se combinan en una campaña de marketing. Mientras que si se trata de una marca más asentada, lo puro emocional es lo que da mejores resultados.
¡Hasta el más mínimo detalle cuenta!